OBTEN EL MAXIMO
RENDIMIENTO DE TU CEREBRO.-
Una adecuada alimentación puede
mejorar el funcionamiento de tu cerebro.
DIEZ
ESTRATEGIAS INMEJORABLES PARA CONSEGUIR EL CEREBRO MILAGROSO QUE SE MERECE.
El cerebro es maravillosamente
maleable, un tesoro que hay que moldear y nutrir durante toda la vida, desde el
nacimiento hasta la vejez. tal como lo confirman las interesantes nuevas
investigaciones. Hay muchas razones para
creer que el cerebro puede proporcionarle toda una vida de felicidad, vigor
intelectual y logros satisfactorios basados en el nuevo concepto de que se
trata de un órgano en crecimiento, siempre cambiante, esculpido por influencias
medioambientales y, sobre todo, por los nutrientes, las vitaminas y los
suplementos que lo alimentan cada día.
Ahora bien, por desgracia la dieta
típica de los occidentales no conduce precisamente a crear cerebros superiores.
Por otro lado, si echamos un vistazo a lo que comemos, nos daremos cuenta de
que estamos haciendo casi todo lo que podemos para echar a perder nuestro
cerebro. Comemos las grasas equivocadas, que perturban el funcionamiento de
nuestras células cerebrales, lo que quizás termina con la muerte neuronal;
excesivas cantidades de azúcar, muy por encima de lo que se necesita para
alimentar y dar energía a las células cerebrales, enviando demasiada glucosa
hacia el cerebro donde reacciona con los radicales libres para quemar
literalmente las células cerebrales hasta causarles la muerte, e ingerimos
tantas calorías y hacemos tan poco ejercicio, que la mitad de los adultos
estadounidenses están catalogados de obesos. Esas sobrecargas de calorías crean
más actividad de los radicales libres en el cerebro, condenando así a las células
cerebrales a la disfunción y la muerte. Hemos convertido nuestros cerebros en
un basurero de la actividad radical libre. Evitamos el ejercicio que lo llena
de energía; dejamos a un lado las frutas y verduras, llenas de antioxidantes,
que podrían salvar a nuestras células cerebrales del mal funcionamiento y la
destrucción, y con nuestras dietas deficientes nos privamos de preciosos
nutrientes tales como las vitaminas del grupo B y la vitamina E, esenciales
para un buen funcionamiento mental. Inducimos daños sutiles y graves en nuestros
cerebros debido a la obturación de los vasos sanguíneos, la presión alta, la
resistencia a la insulina y los altos niveles de homocisteína, todo lo cual se
puede evitar. Privamos a nuestros hijos de alimentos buenos para la configuración
del cerebro y no estimulamos nuestros cerebros ni los de ellos con la actividad
mental adecuada para promover el crecimiento de las células cerebrales y sus
interconexiones.
Las investigaciones más recientes
nos obligan a considerar los graves
prejuicios que nos estamos ocasionando a nosotros mismos y a la sociedad al
ignorar la salud de nuestros cerebros. Naturalmente, no toda la información
científica está incluida aquí, pero sí que hemos dicho lo suficiente para saber
cuáles son los alimentos y suplementos correctos que pueden suponer una
diferencia espectacular a la hora de conservar la magnificencia de nuestro bien
humano más precioso. Creo que las pruebas aquí presentadas no obligan a mirar
nuestro propio cerebro con un nuevo respeto y optimismo, sabiendo que su poder
y su destino dependen realmente de cada uno de nosotros.
Sobre la base de las amplias
investigaciones que se han realizado, a continuación ofrecemos diez acciones
cruciales que puede empezar a poner en práctica a partir de ahora para
preservar y enriquecer el funcionamiento y la salud de su cerebro.
1. 1. Tome complejos multivitamínicos
Hay pruebas muy
convincentes de que tomar dosis modestas de una variedad de vitaminas y
minerales es una forma excelente de asegurar el buen funcionamiento del
cerebro. Contribuyen a mantener y mejorar el funcionamiento intelectual y el
bienestar emocional, probablemente a todas las edades. Las mujeres embarazadas
deberían tomar complejos multivitamínicos consultar antes con el médico) que
les ayuden a garantizar que tendrán unos bebés sanos. Según el doctor David
Benton, destacado investigador británico, prácticamente la mitad de todos los
niños corrientes en edad escolar podrían mejorar sus índices de CI tomando
complejos multivitamínicos. Muchos adolescentes y adultos siguen dietas en las
que faltan vitaminas básicas y minerales esenciales para un adecuado
funcionamiento del cerebro, como por ejemplo el ácido fólico y el selenio; un complejo multivitamínico permite cubrir
esas deficiencias. Recuerde que el funcionamiento subóptimo del cerebro debido
a tales deficiencias suele ser algo sutil y pasar desapercibido; además, esas
deficiencias no siempre se ponen de manifiesto en los análisis de sangre. La
combinación de vitaminas y minerales que suele encontrarse en las fórmulas
multivitamínicas puede ayudar a restaurar un funcionamiento intelectual óptimo,
al mismo tiempo que eleva el estado de ánimo.
Tomar un complejo
multivitamínico es absolutamente esencial para las personas mayores, que suelen
necesitar más la ayuda de nutrientes que refuercen un cerebro envejecido. Los estudios demuestran que los ancianos que
toman una variedad de vitaminas y minerales durante unos cuantos años seguidos,
muestran una mejor función cognitiva y se siente mejor a medida que envejecen.
Las vitaminas del grupo B son especialmente críticas para mantener los cerebros
que envejecen y para prevenir la demencia y la depresión a edad avanzada. Una
vez más, las sutiles diferencias, corregidas fácilmente con un complejo
multivitamínico, pueden privar a los ancianos de un óptimo funcionamiento
cerebral y hasta ayudarles a evitar una enfermedad cerebral, incluida la
demencia senil.
2. 2. Tome vitaminas antioxidantes
Habitualmente, no basta
con tomar una pastilla de multivitaminas y minerales, ya que la mayoría de
ellas no contienen, por ejemplo, cantidades suficientemente altas de vitamina E y
vitamina C, poderosas protectoras del cerebro, por no hablar de los importantes
ácido alfa lipoico y de la coenzima Q10. En algunos estudios, las personas que
sólo tomaban vitaminas mostraron un declive de la función cognitiva con el paso
de la edad, mientras que en las que ingerían altas dosis de antioxidantes
individuales, como la vitamina E, no se observó tal declive. En un estudio
reciente no se encontró ni una sola persona anciana que tomara pastillas
individuales de vitamina E o vitamina C que hubiera desarrollado la enfermedad
de Alzheimer.
Según el doctor Lester
Packer, de la Universidad de California, Berkeley, toda una autoridad en materia de antioxidantes, hay
cuatro suplementos antioxidantes absolutamente esenciales: la vitamina E, la
vitamina C, el ácido alfa lipoico y la coenzima Q10. El doctor Packer también
recomienda el gingko biloba y el Pycnogenol TM, como potentes protectores del
cerebro. Aunque asegura que es mucho más inteligente tomar varios
que uno solo, ya que no funcionan aisladamente, y sus poderes protectores para
el cerebro son mucho más fuertes cuando actúan juntos.
¿Los niños también
tiene que tomar antioxidantes, además del complejo multivitamínico? Desde
luego, afirma el doctor Packer. Para los niños, recomienda la mitad de la dosis
adulta habitual. Después de todo, cuanto antes obtenga el cerebro las
cantidades adecuadas de antioxidantes, menos daños producirán los radicales
libres a lo largo de los años, lo que podría reflejarse en la vejez con
pérdida de memoria, demencia senil e incluso Alzheimer. Los antioxidantes
también pueden ayudar a evitar las enfermedades crónicas, como diabetes,
obturación de las arterias y presión alta, que con el tiempo pueden provocar
daños en el cerebro.
3. 3. Coma alimentos con alto contenido en antioxidantes
Es decir, sobre todo frutas y verduras,
cargadas con diversos antioxidantes, algunos de los cuales, probablemente, aún
no se han identificado. Unos experimentos innovadores e interesantes realizados
con animales en la Universidad Tufts han permitido hacerse una idea del poder
que los alimentos llenos de antioxidantes tienen para el cerebro. Alimentar a
los animales con frutas y verduras con alto contenido en antioxidantes, como
arándanos, espinacas y fresas, ha permitido disminuir el deterioro del cerebro,
acelerar las facultades mentales e incluso invertir las pérdidas de memoria y
de capacidad de aprendizaje en los animales viejos. ¡Resulta desconcertante
pensar que esas frutas y verduras tienen capacidad para rejuvenecer el cerebro!
Prácticamente, todas las frutas y
verduras son ricas en antioxidantes. No es muy difícil tomar elevadas
dosis de antioxidantes con modestas cantidades de frutas y verduras. Sólo tres
ciruelas, una taza de arándanos y fresas y media taza de espinacas cocidas
bastan para proporcionarle mucho más de lo que supone la ingestión diaria de
antioxidantes recomendada por las autoridades.
Por lo general, la concentración
más alta de antioxidantes se encuentra en las frutas y bayas de colores
intensos y en las verduras de hoja verde. Comer bayas, cerezas, uvas, manzanas,
prunas, pasas, en lugar o incluso junto con las habituales patatas fritas,
puede suponer toda una diferencia para el poder intelectual y el bienestar
emocional.
4. 4. Beba té
Resulta difícil
exagerar acerca de los fantásticos poderes de una bebida tan común y tan
sencilla como el té para proteger de todo daño a las células, incluidas las
cerebrales. Según ha dicho con frecuencia el doctor John Weisburger, famoso
investigador científico, que ahora trabaja en la Fundación Americana de la
Salud: “el té debería ser la bebida sana nacional”. Es una de las formas más
fáciles y rápidas de llenar el cuerpo y el cerebro de antioxidantes. Sólo hay
que poner una bolsita de té en una taza de agua hirviendo, dejarla en remojo
durante cinco minutos y bebérselo. En un instante habrá tomado unas 1.200
unidades ORAC de antioxidantes, lo que supone aproximadamente de una tercera a
una cuarta parte de las cantidades diarias recomendadas, según los
investigadores de la Universidad de Tufts.
El té helado también
vale; lo único que tiene que hacer es verterlo en un vaso con cubitos de hielo.
En cuanto a los tés de hierbas, los tés comerciales embotellados o las mezclas
de té en polvo, sepa, y este es importante, que de ellos no se obtienen
cantidades significativas antioxidantes, como se ha establecido a partir de los
análisis realizados en Tufts. El té tiene que hacerse con las verdaderas hojas
de té, sueltas o en bolsitas. También puede utilizar té negro sencillo (sí,
exactamente el que se encuentra en las estanterías de los supermercados, como
Lipton´s, Twinings, o Bigelow), o bien el más exótico té verde asiático. Aunque
el té verde ha recibido muchos elogios por sus sustancias químicas
anticancerígenos, lo cierto es que el té negro tiene mayor actividad
antioxidante, siempre según las investigaciones hechas en Tufts. Así pues, no
hay necesidad de acudir al té verde para obtener los beneficios del té.
Una sugerencia: sustituya al menos una de sus
tazas habituales de café al día por una taza de té. Tome té helado en lugar de
refrescos embotellados. Pida té helado en los restaurantes, después de
preguntar si está recién hecho y de asegurarse de que se ha preparado con té de verdad.
5. 5. Evite las grasas malas
Quizá haya conservado
el buen cerebro con el que nació y echado a perder sus circuitos de
comunicación alimentándolo con el tipo equivocado de grasa desde siempre, a lo
largo de la infancia y la adolescencia, hasta la mediana edad y la vejez. El
cerebro no puede funcionar de forma óptima siguiendo una dieta que contenga las
grasas erróneas. Pocas personas se dan cuenta de lo críticos que son los ácidos
grasos en el nivel molecular de las células cerebrales para fomentar una
transmisión clara y rápida de los mensajes y la producción de energía que
mantenga las células vivas y vitales. Probablemente, lo más peligroso para las
células cerebrales, sea la grasa animal saturada, tan omnipresente en los
alimentos de cómida rápida, como las hamburguesas y los batidos.
En la actualidad ya
nadie duda de que los animales alimentados con altos contenidos de grasa animal
saturada son más estúpidos, su memoria está deteriorada y son menos capaces de
aprender. Según otras investigaciones, la grasa animal distorsiona la
configuración normal de las membranas celulares nerviosas, detiene el
crecimientos de las sinapsis (cruces de comunicaciones nerviosas) y perturba la
bioquímica de los neurotransmisores, los que transmiten los mensajes. Esa grasa
también suele promover la “resistencia a la insulina “ a medida que uno se hace
mayor, e incluso entre los jóvenes, lo que termina por producir un metabolismo
anormal de la insulina y del azúcar en la sangre, de la que depende el cerebro
como única fuente de energía.
Asimismo, demasiado
aceite vegetal polinsaturado, como el de maíz ( los llamados omega -6) es
nocivo para las células, ya que puede provocar respuestas inflamatorias
crónicas en el tejido cerebral que, en último término, se cree que provocan
leves daños cerebrales, apoplejías y enfermedad de Alzheimer. Comer ácidos
transgrasos como los que se utilizan en los alimentos procesados- la mayoría de
las margarinas, donuts y las patatas fritas de los establecimientos de comida
rápida- también puede acabar dañando los vasos sanguíneo lo que perjudicará la
circulación de la sangre hacia el cerebro.
6. 6. Tome aceite de pescado del tipo omega-3, que obtendrá comiendo pescado
y/o tomando suplementos
La grasa que más
necesita el cerebro es la llamada omega-3, que se encuentra en el aceite de
pescado. Se trata de la materia evolutiva que formó su cerebro, sin la cual,
las células cerebrales no podrían funcionar a niveles óptimos. Los cerebros en
desarrollo, en el útero, en la infancia y la niñez, son los que más aceite de
pescado del tipo omega-3 necesitan para construir la mejor arquitectura
neuronal y los circuitos bioquímicos. Si no se obtiene suficiente omega-3 en
los períodos iniciales del desarrollo, en fases posteriores de la vida puede
que el CI disminuya. Los cerebros de las personas adultas tampoco pueden
alcanzar todo su potencial cognitivo sin aportes adecuados de ácidos grasos
omega-3. Se necesitan esas grasas para estimular el crecimiento de las
dendritas y las sinapsis, los mecanismos neuronales para procesar los mensajes
a lo largo del cerebro. Se ha demostrado que una fracción de aceite de pescado,
llamada DHA, intensifica la potencia del cerebro, la memoria y la capacidad de
aprendizaje y puede prevenir e incluso posiblemente tratar la enfermedad de
Alzheimer.
La grasa omega-3 también permite que el
cerebro se sienta bien. Es un intensificador del estado de ánimo, que previene
y alivia la depresión aguda. También puede contribuir a evitar el daño cerebral
producido por el alcoholismo y hasta prevenir y en algunos casos servir de
tratamiento para la esquizofrenia. Los adolescentes y los adultos con trastorno
de déficit de atención y dislexia pueden sufrir deficiencias de omega-3 que,
una vez corregidas, permiten un mejor funcionamiento del cerebro.
Comer pescado graso un par de veces a la
semana o 30 o 50 gramos al día, será
suficiente para mantener felices a las células cerebrales. La alternativa
consiste en tomar suplementos de aceite de pescado, especialmente los del tipo
DHA.
7. 7. Tome suplementos que refuercen el cerebro
A medida que se envejece, el cerebro puede
necesitar un reforzante que contrarreste declives sutiles de memoria, debidos
posiblemente a una caída de la actividad neurotransmisora o a un daño de las
neuronas causado por enfermedad o por los ataques rutinarios de los radicales
libres. Algunos suplementos que se pueden adquirir sin receta ayudan a
rejuvenecer la actividad celular del cerebro. Uno de los favoritos es el gingko
biloba, tomado por destacados investigadores del cerebro para mantener a raya
la pérdida de memoria relacionada con la edad. Otro suplemento es la
fosfatidilserina o PS, que tiene fama de estimular la producción de la
cetilcolina, el neurotransmisor de la “memoria”, que puede disminuir a medida
que se envejece. Vale la pena probarlos para prevenir o superar problemas de
memoria a corto plazo, que, según los investigadores del cerebro, son algo
normal del envejecimiento. Pueden funcionar o no, dependiendo de la naturaleza
del problema y de las características bioquímicas de cada persona. Pero la gran
ventaja de utilizarlos es que, a diferencia de los potentes medicamentos
farmacéuticos que tienen graves efectos secundarios, los reforzadores del
cerebro que se pueden obtener sin receta no tienen ningún efecto secundario o
sólo efectos menores. No obstante, si sigue usted algún tratamiento o toma
medicamentos, antes de tomar esos suplementos consulte con el médico, sobre
todo para descartar cualquier interacción potencialmente peligrosa.
8. 8. Vigile el azúcar, incluido el azúcar en la sangre
Comer demasiado azúcar y, desde luego, otros hidratos de carbono, no es
lo mejor para los cerebros en ninguna etapa de la vida. Las sobrecargas de
azúcar pueden terminar produciendo una “resistencia a la insulina” que dispara
los niveles de azúcar en la sangre (glucosa), además de causar un daño
permanente a las células cerebrales que acaba llevando a su mal funcionamiento
y muerte. No obstante, como el cerebro funciona con la energía que se deriva
principalmente de los hidratos de carbono, es esencial tener la cantidad
correcta de azúcar en la sangre para que el cerebro pueda utilizar en cada
instante la memoria, la capacidad de aprendizaje y sus otras funciones
cognitivas. Los mejores hidratos de carbono para un funcionamiento óptimo del
cerebro son los que se digieren con lentitud
9. 9. Limite las calorías y pierda peso
El exceso de peso no es nada bueno para su
cerebro. Puede promover la resistencia a la insulina, la presión alta y,
posiblemente, la diabetes, lo que conducirá a un deterioro de la memoria, una
aceleración del envejecimiento y unos daños sutiles en las células cerebrales.
La única forma segura de ralentizar el proceso de envejecimiento y rescatar al
cerebro, así como a otros órganos, de un aumento de los daños provocados por
los radicales libres es limitar las calorías.
10. 10.
Cuídese
Un enfoque más amable de la vida puede
reducir el estrés mental crónico, que inunda inadecuadamente el cerebro de
adrenalina y otras sustancias químicas que se activan con el estrés, lo que
puede terminar por provocar daños en las neuronas. El ejercicio físico, como se
ha venido demostrando y corroboran las nuevas investigaciones, mejora
notablemente el flujo sanguíneo al cerebro e incluso refuerza la actividad
mental de partes específicas de este órgano. Mantener los vasos sanguíneos
libres de coágulos y daños es esencial para conservar el buen funcionamiento
mental. Eso significa controlar la presión sanguínea, el colesterol del tipo
malo y la toxina homocisteína en la sangre, todo lo cual promueve las
apoplejías y la enfermedad de Alzheimer. También es muy importante que estimule
su cerebro aprendiendo y haciendo cosas nuevas; esa clase de gimnasia mental
estimula el crecimiento de nuevas conexiones de las células cerebrales, amplía
la memoria y la capacidad de aprendizaje.
Lo más importante que
debe recordar es que cerebro está creciendo y cambiando a cada instante. Se
desarrolla bien con el estímulo, el ejercicio, la educación, la dieta correcta
y los suplementos vitamínicos. Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para
decidirse a configurar el destino de su propio cerebro.
Fuente : Jean Carper
Más información y pedidos http://www.amway.es/user/creativebusiness